Los impuestos al consumo acumulativo encarecen un 7,4% los productos industriales, según estudio
En entrevista con Brasil 61, Sergio Gobetti, investigador del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) adscrito a la Secretaría de Hacienda del Estado de Rio Grande do Sul (Sefaz-RS), explicó cuál es ese carácter acumulativo y afirmó que la reforma tributaria resuelve este problema, que hace que las empresas brasileñas sean menos competitivas.
Según el economista, el carácter acumulativo de los impuestos que gravan la compra de productos o servicios se da de dos maneras. En el primero, un impuesto se grava sobre sí mismo o sobre otros impuestos. “En el sistema tributario actual tenemos situaciones en las que se grava un impuesto sobre otro. Por ejemplo, el ICMS no solo grava el valor del bien que se compra, sino que grava el PIS-Cofins que se cobró por ese bien. .»
Pero hay casos en que el ICMS -impuesto que cobran los estados- te termina cobrando, dice Gobetti. “Cuando decimos que la tasa del ICMS, por ejemplo, es del 25%, la gente piensa que el (valor del) impuesto es un 25% más de lo que pagaron por la mercancía y en realidad no es así. Es un 33% más. ¿Cómo?, podemos pensarlo así: si pagué R$ 100 por un producto, con ICMS, significa que de esos R$ 100, R$ 25 fueron impuestos, o sea, el 25% por ciento del valor. Pero, ¿cuánto era el valor de la mercancía sin impuestos? Era R$ 75. ¿Cuánto es la división 25 por 75? Es 33%”, explica.
Dice el especialista que existe la denominada acumulatividad clásica, más conocida por la gente, en la que se gravan los insumos o materias primas utilizadas en el proceso productivo. Es decir, se gravan impuestos en todas las etapas, desde la fabricación hasta la venta, sin generar compensación.
Ilustra que un fabricante de automóviles, por ejemplo, paga impuestos sobre las partes que componen los vehículos y sobre la nómina de la mano de obra contratada para la producción. Sin embargo, después de vender el automóvil al consumidor, la empresa paga más impuestos por la operación. «El impuesto que pagó antes por el material que usó para construir el automóvil está pagando nuevamente en esta nueva etapa».
La buena noticia para el sector productivo, según Gobetti, es que la reforma tributaria acabará con el impuesto de cascada. Así, el impuesto recaerá sobre el valor añadido entre una operación y otra del proceso productivo, dejando de gravar la tributación de las etapas anteriores.
Exportaciones
Gobetti cree que la reforma ayudará a aliviar las exportaciones brasileñas. Por un lado, porque el precio final de los productos y servicios dejará de tener el impacto de los impuestos en cascada. Por otro lado, porque habrá un cambio en el lugar de tributación de los bienes y servicios.
El especialista explica que, si bien las ventas de empresas nacionales al exterior están exentas por ley, en la práctica esto no sucede. El problema ocurre porque los impuestos al consumo, como el ICMS y el ISS, se cobran en los estados y municipios de origen de los productos y servicios y no en el destino. Esto dificulta la vida de las empresas exportadoras.
“Cuando la empresa adquiere insumos para fabricar el producto que va a exportar, paga impuesto. El sistema tributario permite que, en este caso, obtenga la devolución de este impuesto. ¿Cuándo surge el problema? Este sistema actual hace que la factura de el crédito se cobra fuera del estado donde se pagó el impuesto y, muchas veces, esto dificulta que las empresas exportadoras obtengan la devolución del crédito”, agrega.
La expectativa es que, con el cobro en destino, las empresas exportadoras puedan recuperar los créditos a los que tienen derecho y, así, ser más competitivas en el mercado externo.
Reforma fiscal: «No podemos renunciar a la simplificación», dice Duquesa de Hacienda
Por Brasil 61