SOJA: respeto a vacíos sanitarios garantiza mejor desempeño para municipios productores
El vacío sanitario es una herramienta adoptada para inhibir o reducir la propagación de enfermedades y plagas en los cultivos nacionales. En el caso de la cosecha de soja 2023, el período fue establecido por el MAPA el 10 de abril, con la publicación de la Ordenanza N° 781, que determina un calendario para cada estado productor, en el que, por lo menos durante 90 días, no se podrá sembrar. soja, además de estar prohibido mantener plantas vivas del grano. Con la medida, el ministerio pretende controlar la incidencia de la roya asiática, uno de los principales villanos de la producción nacional de soja.
El investigador Rafael Moreira Soares, de Embrapa Soja, explica la importancia del período de vacío sanitario para combatir el hongo que causa la roya asiática.
“Lo ideal sería por lo menos noventa días, ya que la población del hongo se puede reducir mucho. Empiezas el nuevo cultivo de soja con una población muy baja del hongo, entonces la enfermedad tarda en aparecer y, con eso, es una de las formas de no tener tantos problemas de enfermedad en el cultivo”, apunta. .
Según Soares, el costo anual del control de la roya asiática en Brasil alcanza R$ 10 mil millones. El investigador destaca que los principales gastos ocurren con el uso de fungicidas.
“Considerando el costo de los productos y estimando algunas de las pérdidas que provoca porque muchas veces incluso aplicando la enfermedad evoluciona y provoca daños, ronda estos dos US$ 2 mil millones por año”, dice.
sonrisa en el liderazgo
El mayor productor de soja de Brasil es el municipio de Sorriso, en Mato Grosso. Datos recientes de Agrosatélite, plataforma que analiza la expansión de la soja en el país, muestran que en la zafra 2021/22, el primer lugar del ranking nacional tuvo una superficie con 592.278 hectáreas producidas.
El agrónomo y productor rural de Sorriso Rodrigo Pozzobon atribuye algunos factores como esenciales para el éxito de la producción en la región, entre ellos el suelo.
“Tenemos un clima ideal, ganas de trabajar por aquí y creo que la tierra. El suelo también es fácil de trabajar. Entonces es un lugar que terminó funcionando”, considera.
Para tener éxito en el cultivo de oleaginosas, la región de Sorriso tuvo que adaptarse a los cambios provocados por la roya asiática desde la introducción de la enfermedad a mediados de 2001 en Brasil. Para Pozzobon, el respeto al vacío sanitario es fundamental para el buen desarrollo de la industria sojera local.
“En ese momento, obviamente, no nos gustaba, no queríamos aceptarlo, pero hoy miramos y nadie pestañea por cumplir con el vacío sanitario. Tenemos la agricultura que tenemos hoy por ese vacío sanitario”, evalúa.
Por Brasil 61